El caso de "El mundo de Jimmy"

     Hoy en día comienza a surgir cierto escepticismo por los medios de comunicación acerca de su objetividad y veracidad. Aunque, no nos engañemos, ese escepticismo siempre ha estado ahí, lo que me lleva a un caso polémico, a la par que curioso, que tuvo lugar en 1980.

     Janet Cooke, que actualmente rondará los 48 años, escribió un brillante artículo que se publicó el 28 de septiembre de 1980 en primera página del diario The Washington Post. Su contenido relataba la vida de un niño de ocho años adicto a la heroína, ya que fue inducido a las drogas por un compañero de su madre. Además de recibir a menudo visitas a su casa de personas que venían buscando una dosis de cocaína, marihuana y otras sustancias. El texto escrito por Cooke relataba el día a día de la vida del pequeño Jimmy y de las personas que le rodeaban. Esta dura historia fue acogida por los lectores como un reportaje revelador. Janet obtuvo orgullosa el premio Pulitzer de la categoría de reportajes, pero su escrito la llevaría a ser protagonista de numerosos artículos posteriormente, pues muchos de los lectores querían contactar con el pequeño Jimmy para ayudarle. Janet se enfrentó a una encrucijada, y tuvo que admitir que la conmovedora historia de El mundo de Jimmy era totalmente inventada, por lo que tuvo que devolver el premio.

     Gabriel García Márquez opinó: “Es injusto que le hayan dado el Pulitzer, pero también lo es que no le den el nobel de literatura”. Sin duda a veces un texto periodístico puede convertirse en uno literario. Janet Cooke no volvió a ejercer como periodista. Por otra parte The Washington Post recibió numerosas críticas por no cuidar la veracidad de sus publicaciones, llegando a desacreditar a Woodward y Bernstein, periodistas que destaparon el famoso caso Watergate, no fue hasta más adelante cuando se les tomó en serio. 

     Dicho esto, podemos decir que incluso los medios de comunicación pueden darnos información falsa. Los lectores, u oyentes, tenemos el deber de asegurar que nuestras fuentes de información sean lo más veraces posibles. Creo que el ciudadano de a pie tiene el derecho de estar informados con sinceridad.